El trabajo que hicimos el otro día con María Elena sobre las
señales y sus utilidades me gustó por el hecho de cambiar los significados que
se les puede dar. Yo no me considero una persona demasiado creativa y con
capacidades artísticas, más bien al contrario, y verle otra utilidad a las
señales que no sea la conocida me resultó una tarea difícil.
El libro que nos mostró de Bruno Gibert titulado Paraíso, me pareció de una creatividad
asombrosa, ya que el significado que le daba a las señales se ajustaba a su
historia y le daba un toque diferente, divertido y especial a la forma de
explicarla.
Cuando nos tocó realizar un trabajo similar, creando nuestra
propia historia con señales, me di cuenta de lo difícil que era cambiar la
visión que tenemos sobre una cosa, las señales me transmitían lo que son y me
costaba verlas de otra forma, pero finalmente pudimos hacer un buen trabajo.
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